El mayor evento de la industria editorial a nivel global, la feria del libro de Frankfurt 2010, trajo a colación la cuestión del futuro de la industria y la digitalización del libro.
Mucho se ha escrito respecto a esto y hemos notado cierto acento en la cuestión de los dipositivos digitales de lectura de libros como el ipad, en los formatos y ventas de e-books, lo que hace que muchos profeticen el fin del libro impreso. Si a esto sumanos los problemas de muchas grandes cadenas de ventas de libro, los problemas financieros de Barnes & Noble, superados en este último año según los informes de la compañía, y la reciente noticia de la bancarrota de Borders, la segunda mayor cadena de librerías en los Estados Unidos, todo parecería confirmar esta tendencia. La verdad, solo el tiempo mostrará que tan reales fueron estas predicciones, sin embargo, en la feria del libro en Frankfurt, se trajo a colación hechos que no estan en la atención de muchos quienes opinan sobre el tema, y esto tiene su explicación, son hechos que muchas veces se relacionan más con la industria gráfica de impresión que con la editorial, y frecuentemente quienes escriben sobre el negocio editorial no tienen un gran conocimiento de este otro aspecto. En la feria del libro de Frankfurt un sector importante de las grandes editoriales anunciaron que la transición a la digitalización se prolongará hasta el 2030, en una proporción que puede variar del género de libro y su utilidad, desde un 70% a un 30%. Otro sector editorial en cambio señaló que tal transición no se daría pues mucho material impreso se mantendría vigente pese los cambios tecnológicos. Tomese en cuenta que hoy en día el medio digital representa solo el 1% del movimiento editorial total. En realidad la aparición del libro digital no es algo nuevo, el intercambio y publicación de textos por internet lleva más de 10 años en auge, aunque si ha tenido un espaldarazo por el lanzamiento de los lectores portatiles que superan la limitación del texto digital de necesitar cargar un gran equipo (PC o laptop) para leer un libro. Al tiempo que esta tecnología comienza a difundirse, aunque todavía tiene que lograrse una unificación de formatos y normas de compatibilidad, también surgen nuevas tecnologías de impresión que logran superar dos grandes problemas que tradicionalmente había tenido la impresión de libros en los métodos de gran tiraje (offset, huecograbado y heliograbado): costo y cantidad. El sistema offset ofrece excelente calidad en textos y gráficos pero requiere la impresión de un número mínimo de ejemplares para lograr un bajo precio por unidad, esto obviamente hace que la inversión de una publicación sea considerable y no al alcance de todos. También representa un problema para las editoriales que debían considerar solo la edición de títulos que puedan vender en una cantidad mínima, lo que dificulta la diversificación del catálogo a menos que se posea un gran capital para soportar la amortización de esa inversión. Los sistemas de impresión digital offset y los terminados automáticos son tecnologías creadas para solucionar estos problemas, permitir publicar textos en tirajes cortos con gran calidad. Desde hace varios años, desde que la compañía japonesa Ricoh lanzo al mercado sus duplicadoras digitales (una especie de versión digital del mimeografo), hasta hoy cuando tenemos ante nosotros sistemas de impresión digital rotativos o en gran formato como las HP Indigo, la impresión digital offset ha venido ganando espacio, curiosamente sin dejar obsoleta la vieja tecnología de impresión, sino más bien segmentando su aplicación, así el tradicional offset, huecograbado y heliograbado siguen siendo lo más eficiente para impresión de grandes tirajes, mientras los sistemas digitales posibilitan la impresión de tirajes cortos. Un caso aparte es la Expresso Book Machine, por ahora solo destinada a bibliotecas y universidades, cuyo sistema de impresión digital y acabados automáticos, permite que en 20 minutos la persona tenga en sus manos un libro de 400 páginas. Estos avances en los métodos de impresión crean la posibilidad, hoy ciertamente real, de crear un sistema de edición de libros por demanda, dando chance a las editoriales de diversificar su catálogo y segmentar los nichos de oferta. Por eso un cuadro más completo del futuro del libro, no debería solo incluir la digitalización y los libros virtuales, sino también las nuevas tecnologías de impresión. Lo cierto es que el uso de textos digitalizados no es nuevo, cientos de sitios de internet contienen grandes archivos de obras clásicas y modernas. Los formatos PDF y DJVU desde hace algunos años permiten la difusión de la lectura digital. Esto también nos permite ver otra tendencia que seguramente se acentuará en el futuro, en varias regiones del mundo donde la descarga de libros y textos ya es una tendencia generalizada (por nombrar dos casos tenemos Estados Unidos y Rusia. En Estados Unidos con predominancia de los formatos html y PDF, y en Rusia con predominancia del formato DJVU), los textos más descargados son precisamente los que, eventualmente, deben ser publicados en libro impreso, muchas veces por demanda del propio público. Por estas consideraciones, es evidente que el futuro inmediato la industria editorial sufrirá grandes transformaciones, que afectarán las modalidades de comercialización del libro. Antes que profetizar la desaparición del libro impreso, creemos más prudente pensar que los formatos del libro se diversificarán, así libros digitales, en audio y en papel coexistirán en diversas proporciones y preferencias.
1 Comentario
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9/21/2022 11:40:26 pm
Buenos días señor / señora,
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