"La estética transcendental"
Las formas de los objetos del mundo exterior son el compendio de su historia (la forma del árbol, el peñasco, el paisaje en su conjunto, el semblante de una persona). Es la manifestación (Gestalt) exterior del desarrollo, de la formación (Bildung). El todo concreto debe poseer una arista externa, debe ser accesible a la contemplación, la percepción, el ser para el otro. Esto ya está en la naturaleza de lo singular, del ens1. El inicio de la percepción es imperceptible -en lo singular (?) es puramente interno, indivisible-. De manera que la percepción del mundo, fundada en la distinción, tiene su fundamentum divisionis2 en el mundo objetivo. Por ello la fórmula de Protágoras: "el hombre es la medida de todas las cosas", debe ser interpretada no en mengua y denigración de la conciencia humana, sino en sentido objetivo. Sería notable demostrar en qué sentido el hombre, con sus órganos de los sentidos, en verdad se forja a sí mismo como la medida natural de las cosas. Sería necesario demostrar, cómo todos estos umbrales de las sensaciones y de las otras facetas en la escala de la percepción del mundo por el ser humano, vienen a ser las fronteras objetivas del ser para otro, de lo singular, de la forma. Allende los límites de nuestras sensaciones no hay nada que pueda ser percibido (sentido), si bien existe un colosal mundo objetivo, que es independiente de nuestra conciencia. Todo lo que no es accesible a la sensibilidad, no se halla en un estadio de separación del En(?)geweide, de las entrañas del mundo. Solo en este sentido es posible comprender las palabras de Lenin: el hombre posee tantos sentidos, cuantos les son necesarios para percibir el mundo. Las ideas de Spinoza y de otros acerca de que nuestros sentidos nos ponen de manifiesto sólo la parte que es posible y que puede ser sentida en los otros seres, son falsas. ¿En realidad, en virtud de qué extraño azar han surgido los sentidos particulares de un mundo que es accesible de forma sensible? Esto es fruto de la consideración puramente externa y mecánica de la conexión del sujeto y el objeto. Pero qué importante fuera fundamentar la necesidad objetiva y la divisibilidad, la desmembración de las percepciones humanas, deducirlas de los elementos del propio mundo. ¡He aquí la gran tarea de la física y la fisiología! ¿Es acaso posible? Esta sería la resolución de la cuestión de las “cualidades secundarias". "La perceptibilidad es proporcional a la singularidad". ¿No es acaso por ello que no percibimos la luz como tal, sino sólo sus colores por separado? ¿Acaso percibimos de igual modo el color puro en general? ¿Que es la percepción de lo general? ¿El “ambiente común"? (Lo general es real, pero no es percibido como general; excepción hecha de los objetos en los que lo general se trasluce a través de lo individual. Lo individual, lo singular, que tiene un valor, un sentido. Esto, por lo visto, es ya el siguiente escalón en la separación de la conciencia: ¿el inicio del pensamiento? Cierto, a éste [a lo general] deben precederle tales instancias ya en el campo de la estética). "Pero cada (?) cosa singular, que se halla a la distancia de dos kilómetros de nosotros, se percibe mucho peor, que una porción de cualquier otro objeto que se encuentre por delante de nuestras narices. Tomemos los anteojos y corrijamos en lo posible las flaquezas de nuestra percepción. ¿De modo que la cuestión no está en la singularidad real, sino en nuestra capacidad subjetiva de diferenciar?" No del todo. La cuestión es que la propia singularidad es relativa. Este árbol es parte del paisaje. Pero en ciertas escalas este es una parte singular. Fuera de estos límites se pierde en lo general. ¿Que carácter tienen estos límites? ¿Son acaso subjetivos? ¿O en el "horizonte" humano viene dada la medida objetiva del tránsito de lo singular a lo general? La singularidad, el “en-sí" del objeto, está determinada por sus relaciones internas con la naturaleza que le rodea. La propia distancia, que constituye un sostén, la base del horizonte humano, es la escala externa. ¿Acaso puede la simple distancia medir la singularidad del objeto? Empero, por ejemplo, el sonido (un sonido determinado), ¿se determina a sí como algo?: Mengua objetiva de fluctuaciones en una cierta distancia. También el olor. La luz, cierto, puede ser percibida a través del telescopio, cuando ya no se la percibe a simple vista. ¿Pero es acaso ilimitada? ¿Teóricamente? ¿Que rol juega aquí la velocidad de la luz? El tacto. Con todo, es correcto el axioma general de que las escalas de los objetos y los fenómenos que llegan a ser en-sí, singulares, son conmensurables con las escalas de las percepciones humanas, que el mundo de las cosas y los fenómenos singulares cae dentro de los límites de la sensibilidad humana. Que allende sus límites cosa alguna constituye algo singular ya sea en la dirección de lo macro- como de lo microcósmico. Este mundo de lo relativamente singular no solo tiene fronteras internas que determinan la esencia de las cosas, sino además externas (en el espacio y el tiempo, tanto lo uno y lo otro son la forma, pero no subjetivamente [compárese a Hobbes], sino "exteriormente" con relación a la esencia y a su desarrollo. ¿En qué sentido se puede separar a la esencia de esta forma?), las cuales determinan su forma como compendio de su desarrollo, de su historia. 1) La perceptibilidad, la diferenciabilidad en el espacio y en el tiempo es proporcional a la singularidad. Sin embargo, el teorema inverso no es exacto. Por ello no todo lo que se diferencia en el espacio y en el tiempo es proporcional a lo en-sí verdadero, a lo singular del ser o la sustancia. Por eso es más correcto señalar el carácter externo de la percepción, que su apariencia ilusoria o su carácter subjetivo. 2) Además: el meollo está, desde luego, en qué es lo que puede ser percibido. El ser humano es la medida de las cosas. Pero esta no se aplica a todo lo presente. Es menester diferenciar lo que no es perceptible allende los límites del horizonte humano de lo no que no es perceptible en los confines de este horizonte. De otro modo vamos a dar en el antropologismo y cosas parecidas. La singularidad es relativa y es una medida externa en el hombre. Pero en los confines de estas escalas existe la diferencia externa entre lo singular y lo total. Debe existir también la senda de lo exterior a lo interior. ¿No debería decirse que el ser humano es la medida exterior de las cosas (pero también la interior?). Lenin, Cuadernos Filosóficos, 1947, pág. 264. La transición dialéctica de la materia al movimiento, de la materia al pensamiento, que Hegel no supo comprender, a despecho de que fue un partidario de la dialéctica. ¿El salto? Puede ser que Kant en el punto decisivo de su sistema mezcle la imposibilidad psicológica de la unión de los dos mundos con su incompatibilidad lógica. La justificación psicológica de la crítica de Kant es evidente, pero su secreto está en que la persona se halla en una encrucijada, allí donde tiene lugar un salto de + (infinito) a — (infinito), o de algún otro modo. Lógicamente, por medio del concepto, se puede y se debe abarcar esta discordia en la representación. Y esto, a su manera, lo intenta hacer Hegel. ¿Pero acaso puso él su atención en la fuente psicológica de las dificultades kantianas? El soñador Dostoevski en parte está en lo cierto: vivimos la realidad. Pero dado que cada cosa real está rodeada de una atmósfera ideal, las "esperan(¿-zas?)" a menudo importan más que los hechos, que la posesión. La cosa misma = 0. Todo (NB) es relación, movimiento y en esto está la idealidad del ser, de la materia. En particular en la sociedad humana. El escepticismo (tanto el rousseauniano como el tolstoiano y el socrático) aparta las ilusiones, pero aquello que queda es naturaleza ilusoria, el reino espiritual de los animales. El descubrimiento de "lo ilusorio", de la "vanidad" de nuestras aspiraciones es solamente un paso hacia la comprensión de la idealidad, de las relaciones. Ya que la verdad, que ponen en lugar de la vanidad, no es tampoco la cosa desnuda, sino la relación armoniosa (el rapport3 de Diderot). Manuscrito inédito, datado en algún momento de la década de 1940. Tomado de Lifschitz, Mijaíl. ¿Qué es lo clásico? - Colección de notas y manuscritos publicados tras la muerte de su autor en 1983. Traducido al castellano para Diamat.es por V. Carrión Arias. Traducción revisada por el Dr. Rafael Pla León. Проблема субъекта и объекта (Лифшиц, Михаил. Что такое классика?) 1 Esencia; ser. 2 Diferencia fundamental (en latín). 3 Correspondencia, correlación, relación; dependencia, vínculo; la afinidad (en francés).
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