No reflejamos el objeto (“razón instrumental”), sino que éste se refleja en nosotros. También lo reflejamos en el sentido de que el intellectus ipse posee la capacidad de forzar que las cosas se reflejen en nosotros, esto es, crear en sí el espejo, por medio del cual él mismo deviene en espejo. ¿Cómo es posible plantear la cosa en condición de espejo de otras cosas? He ahí el problema de la consciencia activa y adecuada. He ahí lo que significa considerar al objeto no solo en forma de objeto, sino también en forma de sujeto, de modo práctico.
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