Los procedimientos de almacenamiento, consulta y referencia de información provistos por la técnica de la cibernética han creado poderosas herramientas para bibliotecas, editoriales y archivos históricos. Archive.org al presentar su nuevo proyecto de archivo físico de libros cuyo objetivo es guardar una copia de todo libro alguna vez publicado, señala entre las razones para la creación de este archivo físico, que muchos creerían innecesario con la moderna digitalización de textos, lo siguiente:
"Una razón para preservar el libro físico que ha sido digitalizado es que es la versión auténtica y original que puede ser usada como referencia en el futuro" (Archive.org) Este argumento nos parece particularmente válido, como ejemplo tomemos la "Introducción al estudio del Derecho Romano" libro editado en 1829, cuya versión digital se encuentra en Google Books, en éste pueden verse varios fallos y problemas típicos del proceso de digitalización, por ejemplo, la falla en la visualización de la página 11 del texto, ciertos caracteres ilegibles o texto con manchones y borrones. Muchas veces lo que no se toma en cuenta es que la digitalización reproduce al infinito tanto los errores y marcas de envejecimiento del ejemplar que se ha utilizado para la digitalización, como también los propios fallos que se realizan al momento de llevar a cabo el proceso. Un principio de la teoría de la información dice que un mensaje no redundante que se pierde por el "ruido" es imposible de recuperar, por tanto a mayor redundancia menor posibilidad de pérdida de información. "En la medida en que el Internet Archive ha digitalizado varias colecciones y las ha colocado en nuestros discos de computadora, hemos hallado que las versiones digitales tienen más y más en común con las versiones físicas. Los discos duros de computadora, en cuanto almacenan datos, aún son objetos físicos. Como tales los archivamos tras los 3-5 años de tiempo de vida útil. De igual forma, también archivamos microfilmes, que era un formato de acceso de generación antigua. Así que los discos duros son solo otro formato físico que almacena información. Esta relación nos demostró que el archivo físico sigue siendo una función importante en una era digital." También concordamos con esta afirmación, es más, la práctica habrá demostrado a toda persona con experiencia que tanto el libro en papel, como en microfilme, como en digital (almacenado en un disco duro) tiene sus ventajas y sus desventajas, que derivan de las características del medio físico. Por lo cual nos parece que confiar en un solo medio físico de almacenamiento, en especial cuando se trata de documentos de valor histórico, es por demás inadecuado. De hecho creemos que el principio de redundancia, y otros factores más, influirán en la necesidad de la continua impresión de libros, en otro artículo de este blog, señalamos que todavía nos parecía prematuro el anuncio, hecho por muchos, de la inminente desaparición del libro físico ante el surgimiento de los libros de formato electrónico. De igual modo, la práctica demuestra que los archivos y bibliotecas "físicas" (aunque este término es inexacto porque una biblioteca digital también es física solo que en un formato diferente) siguen vigentes.
1 Comentario
Nuestra editorial, hace pocos meses, lanzó "Libertad de la personalidad", una recopilación de artículos de Mijaíl Alexandrovich Lifschitz. Por supuesto una de las primeras preguntas que surgen es ¿Quién es Mijaíl Lifschitz? ¿Por qué publicarlo? La respuesta obvia es que la necesidad de semejante publicación es justamente la de dar a conocer a este profundo pensador. Pero, más importante, ayudar en la valoración de un período muy importante de la historia del pensamiento mundial. A inicios del siglo XXI, la necesidad de una valoración del siglo XX se hace sentir, claro está, EDITHOR busca aportar en esta tarea acercando al público latinoamericano a un autor que por la distancia de tiempo, lugar e idioma resulta muy poco accesible para el lector latinoamericano y ecuatoriano en particular. En el mundo de habla rusa, o de influencia del idioma ruso, Lifschitz no es extraño, sus obras se publican, se difunden por internet, y muchos dan su opinión sobre estas. La editorial "ROSSPEN" lo incluye en su colección "Filosofía rusa en la segunda mitad del siglo XX" y respecto esta publicación se reseña en el sitio "Leamos juntos" («ЧИТАЕМ ВМЕСТЕ»): "Libro dedicado a uno de los más controversiales filósofos de la era soviética Mijaíl Lifschitz. En la URSS, Lifschitz era una figura atípica, era muy independiente, muy original, pero con el pleno derecho para reclamarse marxista ortodoxo. En los años 90 fue sujeto a bloqueo por esa ortodoxia, y la apropiada asimilación de las ideas teóricas de Lifschitz quedó en suspenso." Bien se podría argumentar que un pensador como Lifschitz puede tener trascendencia en su natal Rusia, pero esta muy lejos de interesar al lector ecuatoriano y latinoamericano. No aceptamos este argumento, creemos que todo pensador que lidie con problemas de carácter universal nos es relevante. La cuestión del desarrollo social, del movimiento de la historia, es una problemática debatida en todo el mundo, es la cuestión de las alternativas para el futuro. Lifschitz aborda este problema, en su crítica de la llamada "sociología vulgar" al rechazar las interpretaciones dogmáticas. "Como sustituto al criterio objetivo de valía la sociología vulgar recurre a la idea abstracta de la lucha de lo nuevo y lo viejo (es malo lo que es anticuado, bueno lo que es nuevo)" (Libertad de la personalidad, p. 92) Educación, arte, ciencia, en todos los planos de la vida humana, se plantea la necesidad de avanzar, la de decidir como progresar. Ecuador, evidentemente, no es ajeno a este dilema ¿Qué hacer? Si tomamos, por ejemplo, la cuestión de la educación nos acecha la interrogante de si acaso debemos hacer lo que recomiendan las "novísimas" teorías pedagógicas y desechar todos los viejos métodos de enseñanza. "Citaré aquí las palabras del importante filósofo, uno de los creadores de la mecánica cuántica, Heisenberg. Quién tuvo el paradójico pensamiento sobre que la auténtica revolución en la ciencia era lograda precisamente por los conservadores... "Conservador" para Heisenberg era este hombre, que caminaba por las vías de la ciencia, ya conquistadas por la humanidad... Aquí el rol esencial de Lifschitz, que diferenció el conservadurismo reaccionario destructor de la civilización humana -- centurias negras... del conservadurismo de Hegel y Platón, que realizaron grandes, revoluciones filosóficas radicales. Recuerdo que también Lenin fue llamado conservador, por ejemplo, en el campo de sus gustos estéticos." ("Falsa protesta del modernismo", entrevista a Víctor Arslanov) Esta idea central de Lifschitz (resumida por el académico Arslanov en el párrafo anterior), de defensa de los logros de la historia humana, fue justamente lo que lo llevo a la polémica. Su crítica al vanguardismo artístico al que vinculaba con la sociología vulgar pues el principio fundamental, en ambos, es "la negación de la verdad objetiva y absoluta no solo en el sentido literal, cognitivo de la palabra, sino también en el sentido de la moral y la estética; es decir la negación de lo bueno y lo bello" (Libertad de la personalidad, p. 91) La defensa irrestricta de estos principios, que en su opinión eran fundamentales para la compresión marxista-leninista de los procesos históricos, en los lejanos años 60 y 70 llevaron a que Lifschitz fuese calificado por Solzhetnizin de "marxista mineral antediluviano" y por el disidente Kopelev de "abogado de las fuerzas mas reaccionarias", en 2004, un crítico moderno diría "su dogmatismo encontró ahora y entonces brillante expresión en conferencias y libros que tratan los más diversos problemas; desde la inmortalidad del clasicismo a los caprichos de la revolución sexual" esto a la vez de proclamar el "carácter absoluto de la doctrina marxista". Como el propio Lifschitz alguna vez insinuó, ser un mineral antediluviano no era malo, pues es con estos minerales con los que la humanidad ha construido ciudades, maquinaria y todo aquello que encarna la cultura y civilización. ¿No es acaso esto relevante para el lector ecuatoriano y latinoamericano? Pensamos que si, y citando a Lifschitz, decimos: "me permito proponer al lector algunos modelos de mi "marxismo mineral"" (Prefacio a "La mitología antigua y moderna"). Equipo editorial EDITHOR (abril 2011) El mayor evento de la industria editorial a nivel global, la feria del libro de Frankfurt 2010, trajo a colación la cuestión del futuro de la industria y la digitalización del libro.
Mucho se ha escrito respecto a esto y hemos notado cierto acento en la cuestión de los dipositivos digitales de lectura de libros como el ipad, en los formatos y ventas de e-books, lo que hace que muchos profeticen el fin del libro impreso. Si a esto sumanos los problemas de muchas grandes cadenas de ventas de libro, los problemas financieros de Barnes & Noble, superados en este último año según los informes de la compañía, y la reciente noticia de la bancarrota de Borders, la segunda mayor cadena de librerías en los Estados Unidos, todo parecería confirmar esta tendencia. La verdad, solo el tiempo mostrará que tan reales fueron estas predicciones, sin embargo, en la feria del libro en Frankfurt, se trajo a colación hechos que no estan en la atención de muchos quienes opinan sobre el tema, y esto tiene su explicación, son hechos que muchas veces se relacionan más con la industria gráfica de impresión que con la editorial, y frecuentemente quienes escriben sobre el negocio editorial no tienen un gran conocimiento de este otro aspecto. En la feria del libro de Frankfurt un sector importante de las grandes editoriales anunciaron que la transición a la digitalización se prolongará hasta el 2030, en una proporción que puede variar del género de libro y su utilidad, desde un 70% a un 30%. Otro sector editorial en cambio señaló que tal transición no se daría pues mucho material impreso se mantendría vigente pese los cambios tecnológicos. Tomese en cuenta que hoy en día el medio digital representa solo el 1% del movimiento editorial total. En realidad la aparición del libro digital no es algo nuevo, el intercambio y publicación de textos por internet lleva más de 10 años en auge, aunque si ha tenido un espaldarazo por el lanzamiento de los lectores portatiles que superan la limitación del texto digital de necesitar cargar un gran equipo (PC o laptop) para leer un libro. Al tiempo que esta tecnología comienza a difundirse, aunque todavía tiene que lograrse una unificación de formatos y normas de compatibilidad, también surgen nuevas tecnologías de impresión que logran superar dos grandes problemas que tradicionalmente había tenido la impresión de libros en los métodos de gran tiraje (offset, huecograbado y heliograbado): costo y cantidad. El sistema offset ofrece excelente calidad en textos y gráficos pero requiere la impresión de un número mínimo de ejemplares para lograr un bajo precio por unidad, esto obviamente hace que la inversión de una publicación sea considerable y no al alcance de todos. También representa un problema para las editoriales que debían considerar solo la edición de títulos que puedan vender en una cantidad mínima, lo que dificulta la diversificación del catálogo a menos que se posea un gran capital para soportar la amortización de esa inversión. Los sistemas de impresión digital offset y los terminados automáticos son tecnologías creadas para solucionar estos problemas, permitir publicar textos en tirajes cortos con gran calidad. Desde hace varios años, desde que la compañía japonesa Ricoh lanzo al mercado sus duplicadoras digitales (una especie de versión digital del mimeografo), hasta hoy cuando tenemos ante nosotros sistemas de impresión digital rotativos o en gran formato como las HP Indigo, la impresión digital offset ha venido ganando espacio, curiosamente sin dejar obsoleta la vieja tecnología de impresión, sino más bien segmentando su aplicación, así el tradicional offset, huecograbado y heliograbado siguen siendo lo más eficiente para impresión de grandes tirajes, mientras los sistemas digitales posibilitan la impresión de tirajes cortos. Un caso aparte es la Expresso Book Machine, por ahora solo destinada a bibliotecas y universidades, cuyo sistema de impresión digital y acabados automáticos, permite que en 20 minutos la persona tenga en sus manos un libro de 400 páginas. Estos avances en los métodos de impresión crean la posibilidad, hoy ciertamente real, de crear un sistema de edición de libros por demanda, dando chance a las editoriales de diversificar su catálogo y segmentar los nichos de oferta. Por eso un cuadro más completo del futuro del libro, no debería solo incluir la digitalización y los libros virtuales, sino también las nuevas tecnologías de impresión. Lo cierto es que el uso de textos digitalizados no es nuevo, cientos de sitios de internet contienen grandes archivos de obras clásicas y modernas. Los formatos PDF y DJVU desde hace algunos años permiten la difusión de la lectura digital. Esto también nos permite ver otra tendencia que seguramente se acentuará en el futuro, en varias regiones del mundo donde la descarga de libros y textos ya es una tendencia generalizada (por nombrar dos casos tenemos Estados Unidos y Rusia. En Estados Unidos con predominancia de los formatos html y PDF, y en Rusia con predominancia del formato DJVU), los textos más descargados son precisamente los que, eventualmente, deben ser publicados en libro impreso, muchas veces por demanda del propio público. Por estas consideraciones, es evidente que el futuro inmediato la industria editorial sufrirá grandes transformaciones, que afectarán las modalidades de comercialización del libro. Antes que profetizar la desaparición del libro impreso, creemos más prudente pensar que los formatos del libro se diversificarán, así libros digitales, en audio y en papel coexistirán en diversas proporciones y preferencias. A propósito de los acontecimientos en el norte de África es relevante recordar la historia y, porque no, hacerlo a través del arte como testimonio y reflexión de esta misma historia. Full Metal Jacket de Stanley Kubrick, estrenada en 1987, es una de las tantas producciones que desde la industria de Hollywood ha tenido como tema central la guerra en el sudeste asiático. Como no podía ser de otra manera, siendo una obra de Kubrick, esta es una visión crítica, más que de esta guerra en particular, de ciertos aspectos del militarismo y de la deshumanización inherente a todo conflicto bélico. Platoon (conocida en Ecuador como "Pelotón" en su estreno) de Oliver Stone del año 1986, aborda la guerra desde la experiencia de un joven soldado que pierde su inocencia e idealismo ante la realidad de la conflagración. Pese a la innegable calidad artística de esta y otras películas que han tratado el tema, con el paso de los años, se ha hecho evidente que los sucesos de la guerra en el sudeste asiático se han hundido en las tinieblas del olvido, pues el conocimiento histórico de los hechos más importantes es poco o nulo. Esto no es de extrañar, sucesos tan recientes como la guerra de Afganistán o Iraq resultan ajenos a nuestra consciencia, por la poca información que sobre estos tenemos. ¿Será acaso igual el destino de lo que esta sucediendo en el norte de África? Entradas relacionadas: Título: La descolonización del sudeste asiático Autor: el texto fue elaborado por el colectivo de EDITHOR Rústico 52 páginas 14 x 19 cm. Año de la edición: julio 2007 Precio: $1.00 (USD) Comprar ahora |